HUMOR

Ser madre, mola

Apreciados maifrens,

Muchas son las veces que hablo pestes, no de la maternidad que es mejor que las drogas, si no del rol de la madre en la maternidad. Esa losa que una lleva en la espalda cada vez que va corriendo porque llega tarde al trabajo y deja la niña llorando en la guardería, sintiendo que falla a alguien y sabiendo que a la vuelta va a tener que enfrentarse a una casa con un nivel diógenes infantil que ríete tú del Toy’Sr’Us (pray for ellos), una nevera vacía de la que va a tener que sacar algo para cenar, a lo David Copperfield, una niña que estará cansada y puede que de mal humor a lo Carrie-con-muela-del-juicio-porculera y un padre que pilla más cacho que Urdangarín y que trabaja de sol a sol en plan fábrica de Bangladesh.

Que se ve que en el audiovisual las cosas también vienen de China.

CHINA

Por ello, como sé de buena tinta por chicas que se han acercado a hablar conmigo en la vida real, la de carne y hueso, que hay muchas que leen mi blog sin ser madres, sólo porque les divierte, hoy he decidido escribir sobre todo aquello que me gusta del día a día de la maternidad, a lo que nos referimos cuando decimos las famosa frase «pero compensa», para que después de leer mis posts sobre el estrés, el cansancio y la mala vida (que también existe) no valoren seriamente la opción de atarse las trompas de falopio con superlgú.

pegamento

La maternidad es cansada como si Jon Snou fuera al NORTE con unas hawaianas y un bañador Quechua, no lo vamos a negar, pero como aventura es un UNA DE LAS MEJORES everenever. Que eso no significa que sea la única, oiga, que también hay otras opciones muy interesantes para las mujeres que no quieren ser madres y que siempre están disponibles para echar una mano a las que nos hemos reproducido aunque sea para hacer unos vinos y echarnos unas risas, pero si es uno de las GRANDES caminos a recorrer que tiene la vida y que no te decepciona a cada paso que das. Aunque el trayecto sea «nivel advanced» y vayas a ciegas, en cuesta y con tacones de aguja.

tacon

Aquí os dejo lo que me encanta de mi día a día:

1- Me encanta cuando voy a buscar a mi hija al cole y se pone histérica nivel «está aquí Beyoncé» y le comenta a todas las profesoras que «¡¡mira, a mama!!» como si la hubiéramos abandonado por la mañana y no tuviera muy claro si volveríamos a por ella. Para mi cigoto soy su ‘Justin Bieber’ y eso te da un subidón de autoestima que ríete tú del botox y la taninoplastia.

cirugia

2- Me encanta hacer la siesta con ella y sentir ese aroma a toallitas, pañal, sudado infantil y restos de galleta de chocolate en el pelo. Su olor, a lo aromaterapia, me relaja estilo maidfulnes y hasta podría cantar un mantra.

zen

3-Me encanta cuando se porta mal y emite su risa maliciosa, con esa piñata deformada por el chupete infantil en forma de arco, que le podría poner un rotulador en medio aunque tuviera el boquino cerrado.

4- Me encanta cuando se levanta, con todos los rizos en la cara y me busca para cogerse como un Koala con un «Bon, dia. Bibi, favor». Y cuando vuelvo con el bibi a la temperatura perfecta, que mi hija es muy sibarita y si no me lo devuelve, me la encuentro durmiendo en el sofá con cara de resaca.

gatito

5- Me encanta como le dice al dulce de leche «a mama é mío» cuando él me abraza . Porque sí, me dejo cada día la esperanza de vida en su crianza y eso me compensa la falta de vida social, personal y de elecaseimunitas.

6- Me encanta cuando me pide que le lea el cuento de la caperucita roja «pupusheta marmeia» y pasa rápido las primeras hojas hasta llegar al lobo que se come a la abuelita, su parte preferida. Le gusta ese punto de maldad del lobo y veo mi infancia de delincuente reflejada en mi pequeño saltamontes.

mala

7- Me encanta que vaya por la casa haciendo «arrrrrjjjj» «arrrrrrjjjjj» sin ningún criterio. Al principio pensábamos que se había atragantado y al séptimo intento de maniobra de Heimlich, nos dimos cuenta que la pobre imitaba a un dragón que tira fuego.

8- Aunque ahora mismo no es lo más ‘cómodo del mundo’ se que cuando sea mayor echaré de menos su manía de tocarnos la oreja para dormirse, a veces con los dedos de las manos, a veces, desgraciadamente, con los del los pies…

pies

9- Que al imitar todo lo que haces, te hace intentar ser mejor persona. Y digo intentar, porque también tengo días en los que me levanto con un bazoka y arraso con lo que encuentro.

9- Su capacidad de abstraerme de todo cuando juego con ella en su habitación. Da igual si has tenido el peor día del trabajo y al volver una bici te ha atropellado un gemelo. Si has hecho un bizcocho y te ha quedado como una suela de zapato. Si has mezclado blanco con rojo y tu príncipe azul va a tener que ir todo el invierno con calzoncillos rosas. Es meterse con ella a «shugá» y el tiempo corre que se las pela…

dad

Esas son algunas de las cosas que me molan de ser madre de la señora de Murcia.

¿Y las vuestras?

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14 comentarios en “Ser madre, mola”

  1. Doncs la maternitat si cansa si…. El pollet es desperta cada dia entre 5-5.30 i diu que ja no quero umir ma, quero un bibi i quero el nini (movil)… Però compensa quan m’acaricia la cara i em diu que te quero mucho i que ha plorat a l’escola pq queria a mami.

  2. Me encanta! Como bien dices tienes seguidoras que aún no somos mamis pero eso es por lo bien que lo haces como mami y con el blog.

    Besos a ti y a la señora de murcia! Aun me estoy imaginando el punto 7 xD

    🙂

  3. Yo añadiría cuando se viene a escondidas de madrugada, se mete en mi cama, me abraza como si no hubiera un mañana y se hace la dormida para que no la envíe «isoflauto» a su cama, y esos momentos en los que después de muchas noches sin dormir y muchas horas de trabajo pierdes los nervios y la cosa se va de madre, y ella en vez de enfadarse porque digievolucionaste en dragón furioso de GOT te mira, te sonríe y te abraza como si supiera que realmente es eso lo que necesitas…. ser mamá es difícil pero no lo cambiaría por nada! Besotes! !

  4. Genial leerte. Ala, se de personitas que empezaron como tu pequeña a coger la oreja de niños…. Pero que con treinta y largos aun no la han soltado…

  5. Yo soy una de esas personas que empecé a tocar orejas de bebé para dormirme, especialmente a mi hermano mayor (¡pobrico que paciencia la suya! Siempre dice que no es que las tenga pequeñas si no que se las desgaste) y ahora sigo con 35 años tocándoselas a mi pareja y a mi hija de 15 meses… ¡y se dejan! No hay remedio para el vicio orejil…

  6. Me encanta leerte!! Cierto, no hay que desanimar a quienes no se han reproducido, pero con los relatos tan divertidos que haces yo creo que hasta apetece meterse en estos líos jaja. De mi pitufa me pierde cuando se pone en posición de gatear (tiene siete meses) y acaba arrastrándose pq sabe q así llegará antes a hacer sus travesuras..jaja. Es un bichu

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