HUMOR

Las extraescolares

Apreciado diario,

El otro día leí un post en redes sociales que hablaba del abuso de las extraescolares infantiles por algunos padres que los apuntaban para engrosar su Linkedin ya en P4 y lo malo que era eso, pero sin pensar en los que lo hacemos como método de supervivencia, porque los horarios escolares y laborales son encajes de bolillos con hipotenusas, catetes y despejar la x, y,z que suspendería hasta Steven Hawking, para que te cuadre el horario semanal con la vida laboral.

Confused

Que yo, que soy masoca porque la maternidad me ha hecho así, me leo estos artículos escritos por gente que o tiene flexibilidad horaria o unos canguros/abuelos a su disposición, aumentando la mochila que ya tengo fosilizada en la espalda con más dosis de culpa porque mi hija va cuatro días de la semana, es decir tó’l puto rato, a extraescolares para que a mí me de tiempo de salir del trabajo dejándome los juanetes en el asfalto, meterme en un autobús a hacer petting con gente que no conozco porque es hora punta, a buscar a sujeto 2 que viene con los mocos fosilizados en las mejillas preguntándome si tengo “galletas” y avisando, así de entrada, que el cochecito dislaik y que quiere ir al suelo. E ir andando con una niña de casi-dos-años que se juga la vida en cada paso, un cochecito en la otra, su mochila de guardería, la merienda, el agua, andando a pasito por cuarto de hora, hace que llegues sudando, al borde de la embolia, con capsulitis en los brazos a buscar a sujeto 1 justo a la hora que sale de extraescolar.

Porque sí, la de Murcia empieza la semana ya con el lunes haciendo “talleres” que a veces consisten en pintar una mandala que se quedará traspapelada en la nevera, hacer una pulsera con bolitas que a sujeto 2 le puede costar una traequeotomía y que queda requisada a la que se despista o aprenderse canciones que se quedarán incrustadas en el lóbulo parietal y que iré tarareando durante todo el día como si fuera una canción del verano, inclusive en las reuniones importantes cuando tengo el cerebro en modo avión asintiendo todo el rato con cara de guiri.

cara de guiri

También hace piscina, que al principio no quería ir porque decía que el agua estaba demasiado fría, que ella es más del mar caribe, y se indignaba porque “un señor” le había sugerido que metiera la cabeza dentro del agua (un-señor-de-veintipocos-con-tabletas-de-chocolate-y-un-cuerpo-de-infarto que provoca que algunas madres vayan de espectadoras antes del cursillo con el bol de palomitas). Que nosotros como padres ya hemos aceptado que ella tiene poco de Mireia Belmonte y es más carne de aquagym y de nadar como una octogenaria, estilo perrete, con la cabeza fuera y el gorrito de floripondios. Pero al menos conseguimos que aprenda a flotar que eso es hambre para hoy pero pan para cuando sea verano y toque jugarse la vida en la playa o en la piscina.

pisci

También tiene inglés con una profesora nativa de acento cerrado que me habla como para dentro y que cuando la voy a buscar me mete una chapa anglosajona sobre la niña, que entre mi sordera y mi alzheimer para con los idiomas, me quedo con mi habitual póker face y un “Ah.. yes.. zenkiu, zenkiu…” arrastrando a la niña de la capucha para fuera mientras hago un moonwalk, y la docente, entregada, me sigue intentando comunicarse con señas porqué ve que no he pillado ni el verbo, ni el predicado, ni una fucking bullshit de lo que me dice. A lo que la de Murcia, intuyendo que las estoy pasando canutas, gritando -vaya a ser que lavemos los trapos sucios en casa- me dice mientras todos los demás padres están ya a punto de sacar las pipas “mama, creo que dice que nunca llevamos la libreta….”.

Y luego de vuelta a casa me pide si podemos hablar un rato en inglés, y yo, por miedo a estropearla para con los idiomas, con mi vocabulario de supervivencia idiomática, le digo que mejor vayamos un día al parque de la Sagrada Familia y allí entable relaciones con turistas, que eso equivale al erasmus y así nos ahorramos unos eurillos cuando vaya la universidad, que la vida con dos está muy cara.

expensive

A día siguiente tiene una extraescolar sobre las emociones, que las de Murcia las tiene todas y muy intensas, que si le preguntas qué ha hecho en ella siempre te responde con un “no me acuerdo” porque la niña ha sacado mi memoria, pray for she. Pero cuando estoy sacando humo por las orejas, preguntando quién ha pintado la pared con mi rimmel de los domingos y una barra de labios fosilizada de cuando estaba soltera y bebía gintonics, entonces viene a decirme que eso que siento se llama rabia y que mejor respirar y expirar para calmarme. Y ahí se queda a mi lado, con las manos con manchas negras y carmín, una indudable prueba del delito, diciéndome que lo importante no es saber quién ha sido (señalando a su hermana que está engullendo plastidecors que tendré que limipiarle del hojal cuando los haya digerido) si no  que ha aprendido la lección y que no lo volverá a hacer. Y ahí se queda a mi lado respirando conmigo para echar fuera a la rabia, que más que enfadarme y castigarla, me dan ganas de darle el OSCAR y el GLOBO DE ORO a mejor actriz revelación.

golden globe

Y ya el viernes, como salgo antes, la voy a buscar yo y vamos a por la de Albacete, que sólo llegar me pide galletas y me advierte que «dislaik a lot of ir en cochecito», y juntas volvemos a casa, a paso por cuarto de hora, intentando que no sean arolladas por coches mientras cargo todo su diógenes escolar, más el mío.

Y cuando llegamos a nuestro hogar empiezan la extraescolar de arquitectura, que consiste en destruir toda nuestra casa exceptuando las paredes maestras, mientras yo me tiro un rato a ojear instagram en diagonal antes de que lleguen las «hostias» y venga sujeto 1 o sujeto 2 a enseñarme cicatrices implorando castigos, mientras les pongo un poco de tele para distraerlas. Que eso tampoco debe ser lo mejor para su desarrollo infantil, también sus lo digo, pero que a mí me da la vida, para sobrevivir a la batalla de los baños y las cenas sin morir en el intento.

Así que desgraciadamente este año tampoco me llevaré el Nobel a la maternidad.

Hombros

Besis.

7 comentarios en “Las extraescolares”

  1. Has descrit la meva setmana tal qual! Jaja Aa i l’extraescolar d’arquitectura i las hostias como panes que s’endinyen, són un must a casa meva!!

  2. Que todas estamos jodidas, las que tenemos que apuntar a la hij@s a extraescolares y las que no las apuntamos y las tenenos que hacer en casa…. Y a las 22h nos caemos patitiesas por los suelos, pero entonces tenemos que hacer las horas laborales porque no hay canguros, extraescolares….
    Que este país tiene que priorizar la conciliación laboral con hij@s menores, …. Ya sea para el padre o la madre. Pero creo que estamos a años luz, incluso para los que nacen «iluminados», como.tu y tus entradas bloggeras. Ahora me he decantado en iluminadas comp tu que me acompañana des del humor, porque los iluminados inspiradores, crecen en mi el sentifo de culpabilidad y no la autoestima.

  3. xDDD Muy bueno. Pues en mi caso va por semanas… Algunas no paramos en casa apenas, porque yo que soy que conozco a mis hijos, y que soy más del tipo flexible, pues estoy apuntada a sitios de tipo “ven cuando quieras”. Así que hay semanas que lo quemamos todo.
    Y sin embargo otras, la pereza, la poca gana de salir al frío terrible que hay aquí, o tener que trabajar (que en mi caso, lo hago en casa, a veces con los niños corriendo alrededor, mientras doy meriendas) pues no salimos apenas XD Y es que salir cuando ni a mi ni a los niños nos apetece se hace de un cuesta arriba…
    Así que en mi opinión, al final cada quien que apañe como buenamente pueda, intentar ser lo más felices posible todos. ¡Y a tirar palante!

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