MATERNIDAD

La maternidad y las etapas

Apreciados maifrens,

Desde que fui madre he imaginado la maternidad como un juego de la playstation en el que hay que ir superando niveles, cada vez más difíciles.

Primero con un cachorro que se parece a Benjamin Button, que viene sin manual de instrucciones pero con una capacidad pulmonar que te pone a prueba por las noches. ¿Cómo le das de mamar sin que te rompa los pezones? ¿Cómo lo duermes sin que se quede afónico? ¿Cómo lo bañas sin contracturarte la espalda? ¿Cómo le cambias el pañal sin que se entere el vecino del quinto? Y así un sin fin de preguntas de las que vas averiguando las respuestas con un prueba y error que te dejan algunas noches en vela.

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Cuando crees que lo tienes todo por la mano y que vas a sobrevivir con nota, llegan los tres meses dónde los cachorros se desconfiguran y aquello que te servía, ahora ya ha caducado. Se ha actualizado el nuevo sistema operativo y ala, a volver a pillarle el truqui. Luego pasa lo mismo a los seis, luego empiezan a ser autónomos primero gateando, luego andando como chiquito de la calzada y ya, cuando crees que sobrevivirá, llegan…

LOS TERRIBOL TÚ

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Una época en que por las noches se inyectan cafeína por las venas y todo el día están hiperactivos e irritables. Que si le ayudas a bajar la escalera te dice «no, pitidaz zola» (descubrir que Pitidaz era Matilda nos llevó un buen tiempo de joé-sois-mongos-lerongos) mientras arrastra la ropa limpia por todos los escalones que tienen bullshit de cuando la Baronesa Thysen iba a párvulos, y como le ofrezcas una mano te monta un pollo que ríete tú de los de Hermano Mayor.

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Una, que ya va conociendo estrategias para tenerla mínimamente contenta a base de muchas galletas de «shuculata», milagros a Lourdes, va trampeando un poco los arranques de me-cagon-tó-lo-que-se-menea-madarfacars que le dan de golpe, pero el otro día íbamos al pediatra a pasar la ITV de los dos años (vale, un poco tarde) y mientras ella miraba a la Señora de Murcia que le decía «Pitidaz no pupa» para que supiera que estaba ahí en contra de su voluntad, me comentó:

Esta niña es muy lista, podríamos probar de sacarle ya el pañal. Y también habría que reducir el uso del chupete sólo para dormir e ir sacándolo poco a poco.

Yo sonreí, porque no soy persona de llevar la contraria a gente que ha estudiado y dedicado tiempo a aprender de sus cosis, pero cuando vi la cara desencajada de mi príncipe azul del tsunami que se nos venía encima, lo miré con ese lenguaje marital que sólo nosotros podemos descifrar para decirle «ni de coña, la marichochi está creissi»

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Y es que maifrens, me he dado cuenta que los tiempos de cambio de nivel no siempre han de venir marcados por la edad. Cuando Diana Ross hace torteles de San Juan no avisa, y hasta que no hueles a cadáver de varios días en el comedor no te das cuenta que la marichochi ha relajado el esfínter mientras veía «El zañó patata» (Toy Story para los de Movistar TV).

peste

Que el cambio de pañal lo trabajan en clase, como lo de pintar dentro de la raya o lo de no comerse pegamento. Eso son materias troncales de P-2. ¿Para qué hay que ir tan rápido? Que digo yo que no conozco a ningún universitario que vaya con pañales, ni nadie en el metro que le de al chupete.

Lo siento, pero no estoy preparada psicológicamente para recoger zurullos del parquet.

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Con respecto a lo del chupete, sinceramente, vengo de unas vacaciones que me han bajado la esperanza de vida y el estado mental en modo «avión», así que he decidido hacer pocas sinapsis neuronales una vez acabe septiembre y ‘la vuelta al cole’ ya no salga en los telediarios. Que soy una madre surviver que tira del chupete como si de un interruptor ON-OFF se tratara para tener unos minutos de silencio y poder hacerme la autista mientras ojeo instagram, don’t crying for me argentina. Sí, he convertido a Diana Ross en una Amy Winehouse chupetil pero a cambio he ganado minutos de SPA cerebral en el sofá. Y eso, ni la mastercard ni la lista de Forbes pueden pagarlo.

Así que hemos decidido que nos tomamos dos meses sabáticos de manual pediátrico y ya, si eso, en navidad cuando vuelva con fuerzas renovadas, veo si la cosa tiene posibilidades y la dejo un fin de semana con los abuelos (y sin chupete) para que hagan avanzadilla.

Y punto, pelota.

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2 comentarios en “La maternidad y las etapas”

  1. Por si os sirve de algo, trabajé en varias clínicas dentales, y la odontopediatra, aconsejaba coser hilos de lado a lado del chupete, como si fueran pelos. Los padres tenían que contarles la milonga de que a los chupetes de los niños mayores les crecen pelos… Aunque no es por desanimaros, pero eso era para niños simplones, no sé yo si con la Sra de Murcia va a colar. Es capaz de buscar por Amazon chupetes de distintas marcas y colores, todos «calvos»😜
    Los niños de mis amigas han ido dejando ambas cosas a distinto ritmo. No soy mamá, pero supongo que mejor dejar el pañal cuando venga el buen tiempo, no? Por ella y x vosotros. Como bien dices, con 18 no llevará pañal ni chupete. Animo, y a vuestro ritmo 😉

    1. Totalmente de acuerdo contigo! A veces la vida pasa tan deprisa que nos obliga a «hacerles que se hagan mayores» muy pronto. Esta vez dejaré que sea ella la que ponga freno, si la cosa se complica le digo que han entrado a robar y se han llevado los chupetes y los pañales 🤣🤣🤣

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