Apreciados maifrens,
Cuando una es madre tira a sus hijos a las drogas legales como el iPad o la televisión, para tener cinco minutos de calma y tranquilidad que le ayuden a dejar de ser Frida Kahlo y convertirse en Maria Teresa Campos, milagros a lourdes….
Y es en esos momentos de calma, en el que la niña está catatónica con el sistema operativo en render viendo unos huevos de pascua que hacen sonidos en la tele,que más que placer dan un susto nivel encontrarse por la mañana a Belén Esteban en el rellano, te pones a pensar que quizá estos minutos que para ti valen oro a ella la están desconfigurando el cerebro hasta convertirla en un juguete roto, o lo que es peor, una hortera a lo Leticia Sabater. Que a mi hija le gusta el babytv, que tiene un diseño en plan chancletas con calcetines, y la Peppa Pig que es mucho más cuqui le interesa menos 100. Dónde haya un par de friquis disfrazados con leggins de colores verdes y rosas, que se aparte el buen gusto y la moda trensetter.
Que una intenta educar a sus hijos con un sistema pedagógico que les enseñe a argumentar y a respetar por encima de todo en plan «Mira hija, esto es mejor no hacerlo porque…», pero que en la práctica se pasa el día diciendo «aquí no» «esto no» e incluso diciendo aquellas palabras que juró y perjuró que nunca, EVER ENEVER diría cuando tuviera un hijo:
«ESTO NO, CACA»
Sí maifrens, yo, que he criticado a las madres que trataban a sus hijos clasificando las cosas como «caca» o «no caca», eso sí siempre a las espaldas que una cuando no tiene hijos no está autorizada a opinar, ahora cuando mi hija intenta morir electrocutada por poner los dedos regordetes en el enchufe o por auto-recargarse metiéndose en la boca el cable del iPhone, viendo que la palabra MUERTE no tiene su efecto, he recurrido a la palabra… CACA. Que eso es internacional en la lengua de los humanos y los cigotos, como el SOS o el «OkeiMakei».
Ainnoi, ainnou, una gran decepción para la educación pedagógica infantil y para mis propios principios, que he asumido con dignidad y la cabeza bien alta. Que veo a las otras madres en el parque, las que aún no han renunciado a poner en práctica todos los libros sobre educación infantil, como le hacen a su cigoto un discurso a lo Fidel Castro sobre los beneficios y perjurios de comer arena, mientras yo a la mía le digo «arena no, caca» y me quedo más ancha que larga. Que a la que me gire, se va a zampar igual ciento cincuenta gramos y he gastado menos saliva y recursos neuronales.
Sin ir más lejos el otro día vino una madre a hablarme a pelo, que se ve que los hijos son como el Tinder y si son de la misma edad ya se produce por arte de magia una conversación, y me preguntó que cómo conseguía poner a mi hija en el cochecito sin llorar
«Es que el mío está en una fase que no se puede dialogar con él…»
A lo que yo, muy amablemente, le enseñé el diógenes de migas y material no identificado rebozando la carrocería de la mía y le comenté:
Una respuesta que dejó a la madre ojiplática y se fue con un «venga, hasta luego».
Oiga, que la señora de Murcia, que llama «mmaamaaa» a todo quisqui que pasa por delante de ella, sólo entiende un idioma: EL DEL CHANTAJE, y con una galleta consigo más milagros que con el Estivill, la Super Nanny y Meri Popins juntos.
Vale, no ganaré el Príncipe de Asturias a la maternidad, pero una cosa sus voy a decir:
LA PEDAGOGÍA INFANTIL ES CACA.
Oye, y me quedo más ancha que larga.
Besis.
BRAVO!!!
No me he podido reir más! Yo me siento absolutamente identificada! Uno de los post que tengo previstos sacar se llama DESESPERADA y habla un poco de lo mismo! Te invito a ver mi video de mama mortadela y reirte un rato! http://Www.anacuesta.es/colecho
Te seguiré porque me encabta el humor con el que escribes. Felicidades!