Apreciado diario,
Después de bañar a mi cachorro dejándome la espalda con escoliosis, haberle dado el pecho y estirado un poco más mis pezones y de acunarlo hasta que mis brazos se quedan como de cemento armado, que si no la señora de Murcia no se duerme, me quedo inconsciente en la cama en modo «see you in anoda life broda» y me pongo a roncar como una descosida.
Que no estoy yo para intentar hacerme la damisela con el rioplatense, que me quedan tres elecaseiimunitas y uno está en huelga de hambre.
If, if, la vida de la madre es más dura que la de un personaje de Anatomía de Grey.
Y allí estoy yo, contando pañales cagados como si fueran ovejitas, mientras mi cachorro hace ruidos de traequeotomías urgentes, y, RuyRodrigo, duerme de pie a su lado a lo «la mano que mece la cuna» para confirmar que sigue respirando.
Que entre la entrada de los mossos de esquadra una noche y los ruidos de asfixia prenatales, en mi casa cada mañana celebramos que estamos vivos y que no hemos muerto de un infarto de miocardio.
Totallity, a lo que iba, que mientras yo estoy en coma profundo, aprovechando la oscuridad y la tranquilidad en nuestra casa conyugal, sale el ratoncito Pérez del posparto y, con premeditación y alevosía, me inyecta una dosis de «mecagentóloquesemena».
Que me niego yo a creer que esa mala leche matutina la fabrique directamente mi propio cuerpo, ¿o acaso habéis visto alguna vez una hormona en la vida real? NEGATIVO. NO WAY. Esto se lo inventaron los ginecólogos para que creas que no estás creissi y que todo tiene una explicación científica. Y yo, que antes de ser madre era una persona tranquila, prefiero pensar que son fuerzas malignas independientes de una misma, como el mosquito tigre, los borrachos que hacen el botellón delante de mi casa o las pesadillas prenatales de mi pequeño alfajor, que llora hasta con los ojos cerrados.
En fin, pues eso, que a los treinta y pico, cuando la maternidad ha llamado a tu puerta, el ratoncito Pérez se vuelve más malo que la quina, y te mete bullshit en las venas.
Y claro, con este panorama, me despierto a lo Hulk con contracciones.
Pues sí, estoy mu loca y todo me parece muy trascendental. Y muy madarfacar. Vamos, que mi príncipe azul pilla en estéreo. Y allí está él, aguantando estoicamente el chaparrón, mientras yo veo las noticias y me vuelvo ezquizofrénica. Que el mundo está mu loco, y los húngaros aún más.
Totallity again, que para intentar ventilar un poco mi locura, y no teniendo aún el beneplácito de la médico para practicar deporte, RuyRodrigo, que se merece el premio nobel de la paz, ha ideado una estrategia para canalizar mis hormonas, que consiste en subirme a un transporte público, el que sea, que es el sitio con más madarfacars en metro cuadrado y así poderme desahogar tranquilamente
Y como aún no soy muy de montar pollo en voz alta, hago lo que cualquier madre ezquizofrénica con parálisis en los brazos, haría: mirar con cara de asesina en serie a los que se sientan en los asientos reservados para ancianas, pisar con el carrito a los que ponen la música alta y me despiertan a la niña, decir en voz alta «aquí huele a sobaco» a los tineigers con las feromonas saliéndoles por las orejas y molestar con mis carnes de postparturienta a todos los que están en el sitio reservado para cochecitos.
Y no contenta con eso, salgo a la calle a señalar a los que no recogen las cacas de los perros, dejo llorar a la niña con altos decibelios cerca de los que hablan por teléfono y les engancho un chicle en el casco a los motoristas que van por encima de la acera.
OUYEAH
El antídoto al veneno que corre por mis venas.
Y no es, hasta les he dicho que no me interesa a los de avancar, que siento como las endorfinas se liberan de mi cuerpo (a)gimnástico, y vuelvo a mi anterior yo. Con mi risa floja. Mis mundos de yupi y los momentos japiflauers que tenía antes de que me fecundaran un óvulo, convirtiéndome de nuevo en…
UNA PERSONA NORMAL
Y vuelvo a disfrutar de la GUT LAIF.
Besis
P.D. Si un día veis en el metro a una loca chillando con un carrito y una mini-vieja de ochenta años dentro, que sepáis que soy yo, que estoy liberando feromonas.