Ausencias

Apreciado diario,

Siento mi ausencia del viernes pasado, pero por motivos ajenos a mi humilde voluntad y que narraré seguidamente en esta entrada, la semana pasada pillé como madre primeriza pensándome, con la inocencia de un niño el día de reyes, que iba a PARIR.

Todo empezó el miércoles, que tenía visita con mi ginecóloga para que me hiciera un tacto vaginal*  con el que evaluara en qué estado de madurez se encontraba mi útero patera.

*Tacto vaginal: Para las que aún no seáis madres, el tacto vaginal consiste en que la ginecóloga te mete la mano hasta la campanilla, y una vez la tiene dentro, saca unas garras en plan lobezno que te desgracian el cuello del útero, las membranas y todo lo que se menea, para que tu hija note la indirecta y entienda que está en entorno hostil y tiene que ir desalojando el chiringuito.

En fin, a lo que íbamos. Aunque a la mayoría de mis amigas en este tacto les han dicho las temidas palabras que un mamífero JAMÁS quiere escuchar: «Estás muy verde», en mi caso, la ginecóloga, después de tocar hasta la cabeza de la señora de Murcia, concluyó:

GINECÓLOGA (un poco seca)

Estás madurita. Útero blando, ha empezado el borramiento del cuello y un dedo de dilatación.

YO (A lo obsesiva-compulsiva)

¿Y eso cuantos días son?

GINECÓLOGA (secamente)

Esto no te lo puedo decir, depende de ti, pero no creo que llegues a la semana 40.

¿Tienes contracciones?

Yo 

No, creo que tengo arenilla en el riñón porque me duele un poco.

GINECÓLOGA (seca como la mojama)

No es arenilla, son contracciones.

Y fue en ese punto cuando empezó una ezquizofrenia por mi parte y una pesadilla por parte del rioplatense, que me llevó a pensar que cada tres por tres paría, provocándole microinfartos a mi príncipe azul y dejándolo con el corazón más débil que el abuelo de Heidy.

Y aquí llega el porqué de mi ausencia del viernes de autos, que me llevé a RuyRodrigo de urgencias porque me notaba muy mojada, y había leído en el google que podía haber rasgado la bolsa.

El dulce de leche me creyó a pies juntillas, así que llegamos a urgencias con más trastos que un vendedor ambulante, y pasamos a una habitación para que certificaran que la señora de Murcia was coming.

No fue hasta que me hicieron unas tiras reactivas, que sentenciaron a bocajarro la humillante verdad:

«No es líquido amniótico, es que te has meado encima sin querer»

OUYEAH.

Se ve que cuando la niña posiciona su cabolo en tu pubis, presiona tanto la vejiga que, a lo Concha Velasco, te meas encima sin contemplaciones.

Pero eh… GRACIAS POR ESTE SUEÑO.

Besis.

P.D. Teniendo en cuenta que la semana que viene salgo de cuentas, no puedo aseguraros que vaya a publicar cada viernes, pero MI INTENCIÓN es seguir publicando tanto en el blog como en instagram.

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#OSQUIEROTÍOS