HUMOR

Finde de picos pardos

Apreciado diario,

Esta semana tengo mi masa muscular en fase rigor mortis que estoy de resaca emocional, física y mental sin haber bebido ni una gota de alcohol.

Y es que últimamente tengo un ritmo de vida que ríete tú de Trump.

Empezando por el fin de semana que he tenido más planes sociales que una Kardashian. Y, lo que es mejor, planes sin niña de los que no conllevan parques, restaurantes que tengan macarrones a la boloñesa o desgañitarse hasta explosionar las cuerdas vocales para poder tener una conversación decente con otro ser humano adulto.

Mi príncipe azul este martes cumplió 40 años y ya desde verano estaba agobiado porque por trabajo tendría que pasar un día tan especial alejado de su familia y sus amigos y blabla y blublu que se enrolla mucho y sintetizo. En medio de mi infierno hormonal, entre salidas del coma y entradas al baño para dejarme la glotis, se me ocurrió sorprenderlo con un fin de semana sorpresa con amigos en Sevilla, ciudad en la que estaría él trabajando, y así alegrarle un poco la vida antes de que llegue el síncope de los 40 y le de por apuntarse a maratones, triatlones y palabras que llevan implícitas la palabra muerte por agotamiento en cada sílaba. Eso sí, con la niña en casa de los abuelos que estoy loca pero no tanto.

crazy

La verdad que tanto nuestros amigos como la aliada que tenía en su trabajo, y que por cierto sigue este blog ¡Hola Marta!, reaccionaron con mucha ilusión y en un mes ya teníamos cerrados los billetes. Luego que si se atrasa y no se va a Sevilla en noviembre, que si arritmias y desfibrilaciones, que si quizá sí que van en noviembre, que si alegría y euforia en vena, hasta que por fin acabamos cerrándolo todo la misma semana que nos íbamos a lo peli americana que somos mucho de sufrir, sobretodo una servidora que entre que soy mala mintiendo y no me creen ni los del 1004 cuando les digo que estoy muy ocupada, y que tengo alzheimer del embarazo, he estado a punto de cagarla mil quinientas veces a media conversación cuando la lengua se embalaba sola.

ohmaigat

Totally, que ya el mismo viernes empecé con un estrés a lo dependienta del Primark en rebajas, que tuvo a la Señora de Albacete sin dar una mísera patada, ella, que es muy de practicar el dar-cera-pulir-cera en mis entrañas, y preparé las maletas de los tres más el botiquín de Diana Ross para fumigar la bronquitis que viene siempre en invierno.

Y ala, niña a la guardería, abuelos citados para ir en su búsqueda, maletas de mano preparadas, billetes de embarque, pancartas para sorprender el marichocho y nervios y estrés a raudales, vaya a ser que algún día disfrute tranquilamente de mi día a día.

Y así nos fuimos 14 personas a pasar un increíble fin de semana en Sevilla, haciendo a mi jasban el hombre más feliz del mundo. Comimos nivel Paquirrín el día de navidad, bebieron nivel Charlie Sheen el día de fin de año y paseamos nivel Fermín Cacho haciendo el Camino de Santiago. Un tute en el cuerpo que me dejó el lunes con la Señora de Albacete empezando el papeleo para re ubicarse en otro útero, el pulso de una momia y el cerebro en reset que me dio el día para leer un mail y cambiar el papel de la fotocopiadora.

tired

Y eso sin contar que a la vuelta he estado en modo «rodríguez-con-premio» con una niña que ha pasado de la bronquitis a una gastroenteritis y sólo quiere alimentarse de galletas. Que para los que no seáis padres significa que si no le das galletas no come y cuando se las das se tira un pedo con estucado hay que cambiarle todo el outfit de arriba a abajo, con lo que ha pasado de vestir de catalogo de Inditex, a llevar prendas recicladas de los primos hasta acabar yendo al cole con la ropa que me ha encogido la secadora.

ouyeah

Y es que salir de picos pardos cuando una es madre tiene unos daños colaterales que pagas con sangre, vísceras y arritmias. Muchas arritmias.

RIP FOR ME.

Pero valió la pena sólo por ver la sonrisa de dulce de leche tatuada durante todo el fin de semana.

¿Qué tal vuestros findes?

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