Apreciados maifrens,
Esta semana la Sra de Murcia empezó la guardería, y aunque yo no podía acompañarla porque para tener un horario compatible con la maternidad entro al trabajo cuando Ylenia de GH llega a casa, estuve pendiente del teléfono dónde mi dulce de leche me retransmitía, en plan facebook live, cada movimiento hasta llegar a clase.
Los dos nos habíamos preparado por la noche, nivel coaching padres primerizos, sobre los posibles lloros de nuestra heredera y de cómo sobrellevarlos.
«Yo lloraré en el baño de la oficina, que como huele a fruti di mare no entra nadie, y tú mejor llora en el metro, que pueden pensar que es por el olor e cebolleta»
Todo más que pensado y estudiado, que si en la maternidad uno no va con anticipación, tu hijo se convierte de los que suman con los dedos.
Totally, que nos habíamos hecho un coaching que cuando el momento se aproximaba y yo me acercaba a la zona cero con aroma a choto para dejar ir mis emociones, mi príncipe azul de repente dijo:
«Ya está …»
«¿Y cómo ha ido? ¿Ha llorado mucho?»
«Pues no… parece que se ha tirado en el tobogán y ahora está cogiendo juguetes. Ah, espera parece que va a llorar… mmm… no, está imitando la trompa del elefante.»
«¿Nada? ¿Ni una lágrima?»
«Nozing»
Y sí. Así fue el primer día, el segundo e incluso el tercero. Que parece que la Sra de Murcia se aburre en casa y cuando llega a clase para ella es como un chiquipark.. Y somos nosotros los que nos quedamos llorando, porque ni se gira para decirnos adiós con la mano. VERY SAD, A LOT OF. Y nos consolamos el uno al otro mientras yo esnifo el aroma a choto y RuyRodrigo el de cebolla, GRACIAS POR ESTE SUEÑO.
rY más tarde, cuando la voy a buscar, me comentan que no ha dormido nada de lo exciting que estaba. BAD NEWS MAIFRENS. Y peor aún, que no ha hecho ninguna caca durante el horario infantil, con la de veces que le digo que en casa sólo pipi y en clase se relaje y deje ir el tortel de San Juan. Oye, pero ni caso.
Así que llevo tres tardes en casa con la niña pasada de vueltas que parece que haya consumido tres kilos de speed, dejándome los pañales llenos de shit mientras la intento dormir con una llave judoka que ríete tú de las de Jackie Chan, pero que nada, que ella está más de ir a Ibiza y colarse en el Amnesia.
Y después cuando llega Ruy y la tiene que desenganchar de la lámpara del techo, le entra el bajón y se duerme mientras la bañamos, se come el jabón porque tiene hambre y entra en un bucle dónde la rutina familiar se ha ido a tomar por viento y en dos días se nos ha rebajado dos años la esperanza de vida. Y claro, como se duerme cuando Ylenia está desayunando, se despierta a las cinco aéme porque tiene un hambre que ar you fliping y llora a pleno pulmón hasta que tiene la tetina en la boca.
Así que la niña no, pero el dulce de leche y yo estamos en plena adaptación de sus primeros días de cole.
Besis.
P.D. Si vuestros hijos lloran cuando los dejáis, tenéis que saber que podría ser peor. Podrían pasarlo tan bien que tu vida familiar se vaya a tomar por saco.
Diario de una MAMIfera 