El día D

Apreciado diario,

Hace unos cuantos fines de semana, Matilda nos montó el pollo más estratosférico montado EVER (cólicos de recién nacida incluidos) y nos hizo quedar como los peores progenitores del año.

Pero para no adelantar acontecimientos, empezaré por el principio de los principios:

La Sra de Murcia se levantó temprano, previo pollos nocturnos porque se le había caído el chupete/ se había destapado/ había soñado que un botellín enorme de suero la perseguía, y nos notificó a grito-pelao a altas horas de la madrugada, que para mi las 7 ya está en el nivel «que he hecho yo para merecer esto», que estaba ya despierta y que dislaik estar en el moisés. Sí amigos, lo intentamos con la cuna pero dormimos menos que Charlie Sheen así que nos hemos rendido sin oponer mucha resistencia. Que tenemos unas ojeras que ya son carne de titanlux.

Mi príncipe azul, que se había levantado por la noche para consolarla, la puso en la cama (más cerca de mi zona que de la suya) y ahí la niña empezó a arañarme como un gatito, tirarme del pelo a lo concursante de Jersey Shore, decir papapapaááááá en el oído (que se ve que MAMA es nivel advance… tranquilos, estoy bien….) y en definitiva a convertir el placer de hacerte la  remolona en el catre en un infierno de la tortura, así que decidí levantarme para prepararle el bibe y enchufarla a ver el baby tv y así poder tirarme a hacerme la muerta en el sofá tranquilamente.

La mañana transcurrió entre carcajadas infantiles, que la señora de Murcia es muy de la broma, purés de verduras con pollo y pijamas con pelotillas hasta que RuyRodrigo hizo una propuesta:

¿Y si vamos a comer fuera?

Y repasando el diógenes que teníamos en la nevera me pareció una de las mejores ideas que había tenido EVER. ¿Quién iba a presagiar lo que nos esperaba?

En fin, que RuyRodrigo llamó a un restaurante de los elegantes, mientras yo juntaba todo el equipaje que debíamos llevar, que la señora de murcia tiene más atrezzo que una Kardashian, y le hice la papilla de frutas para su merienda horario inglés.

La niña se durmió a dos calles de llegar cosa que, inocentes de nosotros, pensamos (o quisimos creer) que dormiría durante toda la comida, y cuando ya habíamos pedido el menú degustación y hacíamos el primer «chin-chin», Matilda se despertó enfadada reclamando que también tenía hambre.

Y le dimos la papilla de frutas. Y dislaik a lot of. Y volvimos a insistir con la papilla. Y dislaik a lot of more nauer. Y empezamos a pasearla para dormirla cosa que provocó un vietnam de la puericultura que todas las mesas dejaron de comer para cuchichear sobre la capacidad pulmonar de mi vástaga. Y RuyRodrigo dijo «mejor le damos leche» y yo le dije «¿leche? ¿qué leche? Si le tocaba papilla de frutas» y la niña dijo «mecagontóloquesemenea que la marichocho no ha cogido la leche» a gritopelao y sin vocalizar. Y un pequeño descuido puede convertir un buen momento en un infierno.

Y todo el mundo cuchicheaba «Se ha dejado la leche». Y los platos del menú degustación se iban acumulando mientras se enfriaban. Y la niña aumentaba el cabreo. Y tratábamos de dormirla again. Y la niña montaba aún más pollo. Y RuyRodrigo, a lo superhéroe, reaccionó y tras evaluar las opciones con un»que sí, que no, que caiga un chaparrón…» decidió que lo mejor era llevarse a la Sra de Murcia a buscar una farmacia de guardia y comprar leche. Y se fueron dejando tras su salida por la puerta, un enorme silencio. Y yo engullí los platos fríos sin masticar, antes de que volviera mi familia a seguir destrozando los tímpanos de los comensales, mientras bebía sin control copas de vino para superar el bochorno. Y RuyRodrigo volvió, con la niña en el cochecito, sin llorar pero con cara de puchero nivel «mis padres dislaik» y con la leche en polvo.

Y le dimos la leche. Y se la tragó como si no hubiera comido en dos días. Y se quedó seria y con los ojos inyectados en sangre en el cochecito. Mirándonos fijamente con cara de «me habéis fallado». Y RuyRodrigo empezó a comer los platos fríos. Y nos reímos de los acontecido. Y bebimos vino. Mucho vino. Y entonces, cuando empezaron a irse las parejas del sitio mirándonos fatality, le susurré a mi príncipe azul:

 ¿Te imaginas que alguien quisiera pedirle matrimonio a su novia y le hemos jodido el momento?

Y RuyRodrigo pidió que se llevaran los platos, llenó de nuevo las copas con la respiración entrecortada y un hilo de voz, cogió a Matilda  con su ojos inyectados en sangre y su cara de «os vais a cagar con mi pubertad» y dijo…

Esto… ejem… tenemos algo que decirte…

Y debajo de las manos regordetas de la Señora (cabreada) de Murcia, había una caja.

Y me dio tal ataque de risa, que los tímpanos que sobrevivieron al pollo de Matilda los acabé de destrozar yo con mis gorgoritos a lo Loreto Valverde.

Y se cumplió la promesa del rioplatense que decía «…cuando menos te lo esperes…»

Y mi familia imperfecta me hizo la mejor pedida de mano imperfecta everenever

Y ya cuando se me pasó el ataque de risa, pude decir que sí convirtiéndome en:

«la futura Señora de Dulce de Leche madre de la Señora de Murcia»

(voy a necesitar un buzón más grande).

Y fuimos-felices-y-comimos-perdices todos menos los camareros, que tienen una foto nuestra en la entrada bajo el texto «reservado el derecho de admisión.»

Besis.

#LoveIsInTheAir #RuyRodrigoSíSeEnrolla