Jalouín

Apreciado diario,

Desde hace un tiempo atrás Halloween se ha instaurado en nuestro otoño desplazando con ello al día de ‘Todos lo Santos’ y a la ‘Castañada’.

Y es que debo reconocer que los americanos son unos genios en lo que a los festivos se refiere.

Oye, ¿qué se tiene que rendir culto a los muertos? pues nada, vamos al cementerio y ponemos flores. Fácil.

En cambio ellos hacen una lluvia de ideas:

-Oye, ¿qué hacen los muertos?

– Peste

-¿Y que más?

Miedo

-¿Miedo?  ¡Lo tengo!

Y ala, con un seis y un cuatro te monto una party que lo flipas.

Porque los americanos son unos superdotados del marketing y se inventan cosas como Cupcake, cool, IT, Fashion,  que tardan tres nanosegundos en incluirse en el diccionario español.

Sí amigos, los americanos van de guais. Son como el niño guapo de clase al que todas idolatrábamos convirtiéndolo en EL ADONIS que todo lo que hacía se transformaba directamente en COOL. Allí donde iba nos movíamos a su alrededor dejándole paso libre para pisotearnos la autoestima y se convertía en el rey midas, que aquellos que iban a su lado se tenían automáticamente la envidia y admiración de los demás.

Y eso,  maifrens, lo hemos aprendido de SALVADOS POR LA CAMPANA Y DE SENSACIÓN DE VIVIR, donde lo importante de los institutos estadounidenses no era estudiar y tener una carrera, ese era el NERD que moriría virgen a los setenta años, lo importante era ser animadora y ligarte al capitán del equipo de rugby.

YEAH, tu objetivo adolescente.

Y es que además los americanos si lo hacen, lo hacen a lo grande.

¿Qué se tiene que hacer una fiesta de miedo? Pues nada, convierto mi casa en Port Aventura, oye, qué no falte de ná: tela de araña, sarcófago,  velas… que son muy apañaos los de iuseseis, que si les falta un esqueleto sacan al jardín una croqueta y en menos que canta un gallo tienen allí un angel de Víctoria Secret.

Y se vienen tan arriba con el merchandaising, que hacen películas en jolibut del tema de esas que tienes que ver con alguien que sepa hacer la maniobra de heimlich para sacarte las palomitas que te han quedado en los pulmones.

Pero dejenme apuntar que nada tiene que envidiar nuestra Castañada a Halloween

Que aquí lo celebramos con ‘La castañera’, una vieja chocha que lleva la cara tapada y que asa castañas y boniatos, que son unos tubérculos que saben a sacarina. Que ya te digo yo que me la encuentro sola de noche y me da un jamacuco que me quedo allí tiesa.

Y además, es tradición que los niños lleven al colegio ingredientes para hacer unos pastelitos llamados panallets. Y así se pasan toda la mañana haciendo pastelitos llenos de mucosidades, virus y harina que ha pasado por algún que otro hojaldre, y cuando llega la tarde se lo ofrecen a los padres obligándolos a comerlos y a contraer la peste negra (THE BLACK PEST).

¡Que ríete tú del ébola!

Porque esos panellets són la ruleta rusa de las enfermedades. Y los padres se los comen para que no te sientas herido en la autoestima aunque inmediatamente después tengan que empezar con el protocolo de la malaria.

Y eso, maifrens, más que miedo generan TERROR PSICOLÓGICO.

¿Quién gana ahora, motherfuckers?

Besis XX (escou, ecsou)