Holidays

Apreciado diario,

Esta semana estoy viva gracias a la cafeína. Que entre ser madre los días festivos de semana santa y que a la niña le están saliendo dos piñetes en el boquino, una no tiene ni tres segundos para oxigenarse bien el aura, y ya ni te cuento para ponerse un antiojeras de los que se esparcen con las yemas de los dedos. Y allí que voy con mi cara de Courtney Love por la vida, que eso te cierra algunas puertas y a lot of de ventanas.

Que las madres somos muy ilusas, sobretodo las primerizas, y estas vacaciones de semana santa nos habíamos cogido una casa rural con mi familia. Sí, sí, unos días con los abuelos, las hermanas y los sobrinos con un objetivo muy claro: dejar al cigoto al cuidado de mis padres mientras el rioplatense y yo nos íbamos a dar saltitos por los prados cogidos de la mano. En plan Heidi pero con el pellejo derramado del posparto, que en caso de perdernos dejaría un rastro por el camino que ríete tú  de Hansel y Gretel o del GPS.

Lo que yo no tenía calculado es que mi objetivo era el mismo que el de mis hermanas y era diferente que el de los abuelos, que después de estar explotados durante la semana con tanto menor sin tutelar, lo que querían era relajarse un poco y escuchar a los niños de fondo, en modo música de ascensor. Y ya el primer día nos enseñaron una orden de alejamiento mientras se disponían a tomar el sol en la piscina, sin crema de factor solar, a lo loco como si fueran adolescentes.

BAD BUSINESS MAIFRENS, y eso sumado a que mi hija, que tiene bronquitis since 1982 y que le salía un piño abajo y una pala arriba, pasó los días con unos picos de fiebre y he tenido a la señora de murcia más pegada al cuerpo que una faja a la Kardashian. Que ni paseo de la mano con el dulce de leche, ni tomar el sol y ponerme mulata, ni nada que no fuera mimar a mi cachorro.

Eso sí, siendo la niña sociable que si te descuidas le ofrece los bracitos hasta a  Donald Trump, que dislaik a lot of, estos días estaba muy mamifriendly, y a la que alguien la cogía que no fuera una servidora se ponía a llorar a moco tendido que no había quién la consolara. Excepto yo.

Y aunque en voz alta le decía «pero hombre, tienes que ser más sociable y blabla, blabla»debo admitir que en el fondo me encantaba y hacía sentirme una madre ‘cool’ y ‘amiessin’ y en mi cabeza, de marichocho pasaba a ser la Angelina Jolie de mi familia.

Sí, ainnou, parecemos gemelas. Pues eso, y cuando ya vivía en un universo paralelo a la realidad de qualquier ser humano, con mi Brad Pitt a lo argentino, va la Señora de Murcia y se pone buena. Y de no querer que estar con nadie más que conmigo, pasa a dejarse sobar hasta por las cabras.Y de implorar mis cuidados cools y ameissins, ahora prefiere comer las pelusillas del suelo. Y no sólo eso, si no que con la fiebre se le han descargado nuevos pluggins, y resulta que… ahora GATEA.

Y ni bracitos ni hostias en vinagre, que ahora tiene muchos enchufes donde meter sus dedos regordetes, muchos cables con los que jugar y mucha bullshit pegada en el suelo por lamer. Y de vivir en hollywood he pasado a vivir en el vietnam. Y a arrastrarme con ella por el suelo para certificar que llega viva al primer año.

Unas grandes vacaciones que me han dejado en modo avión para el resto de la semana.

Y vuestras holidays, ¿qué tal?

Besis.