Apreciado diario,
Hoy me he despertado con los bigotes escarchados y el moquillo acuoso resbalando por las fosas nasales. Cuando una se despierta bajo estas circunstancias, el buen rollo y el amor se evaporan como la calefacción y en tu rostro aparece la peor versión de ti misma que le pregunta al príncipe azul que tienes al lado:
– ¿Por qué apagaste la calefacción por la noche, madarfacar?
Él te contesta con un «Buenos Días» porque ni el echo de tener el tupé hecho una estalactita puede ponerle de mal humor mañanero. Sí, es una cosa que me desespera. Yo me levanto como Chuck Norris con la menstruación y él siempre se levanta como un tierno cachorillo en busca de mimitos
Totally, que como mi dulce de leche ha apagado la calefacción por la noche por decisión propia, me despierto en Siberia y me pongo unas raquetas en los pies para poder llegar al baño.
Una vez ya estoy en el baño la mañana cambia para mi. Antes de explicaros el porque de mi nirvana en el WC, debo decir y digo que soy una persona friolera y que, además, me engancho con facilidad a las cosas. Así es como empezó mi adicción (que sólo tengo en invierno) y de la que no me puedo desenganchar.
Debo confesar que soy:
A veces me cierro en el baño para ducharme y me paso horas con el calor erizándome el bello del gustito mientras me pinto las uñas, me depilo o simplemente curioseo en las redes sociales.
Mi ratito de tranquilidad se extiende hasta que, asfixiada del calor, ya estoy preparada para salir y vivir en el mundo real. Y es entonces cuando oigo que mi dulce de leche araña la puerta del baño pidiendo su turno. Y ahí, con el sudor de la Riviera Maya aún en el cuerpo, salgo, desayuno y me preparo para empezar la mañana.
Y entonces el mal humor se esfuma como el frío y ya estoy preparada para afrontar el día:
Para todos aquellos que no tengáis calefactor en casa y que, como yo, tengáis un cuerpo preparado sólo para temperaturas caribeñas, os dejo algunos consejos para que consigáis volver a ser personas lo más humanamente posible:
1- TENER CUIDADO CON LA CALEFACCIÓN
Y tú dirás, ¿por qué? Pues por que aunque el gobierno diga que la luz ha bajado a morenauer, es… ¡MENTIRA! ¿A qué no puedes creértelo? Pues parece que variar nos han vuelto a engañar con el timo de la estampita. Pagamos más luz y para evitar a ayudar a enriquecer a los de Endesa, hay que empezar a ahorrar en la calefacción.
Una opción para pasar menos frío, es hacer una hoguera con la ropa que tu partener guarda de cuando vestía como un teenager y aún no te conocía, calzoncillos y calcetines con agujeros o goma gastada y los tickets de su bolsillo que van a parar a la estantería del comedor.
2- TENER UN AJUAR DE LANA
Porque el viruji se cuela por todas las partes de cuerpo, tienes que estar preparada hasta en tus partes íntimas y alejar las cistitis de tu bufeta. Abandona el tanga si no quieres que se te gangrenen las nalgas y dile a tu abuela que este año en lugar de bufandas te haga unas bragas de lana.
3- NO SALIR DE CASA
La cuestión está en no exponerte a las altas temperaturas. Si eres multimillonario o millonario a secas, no te lo pienses y deja tu cuerpo serrano en casa y a resguardo del frío y la congelación extrema.
4- ABRÍGATE
Sólo hace falta mirar la temperatura de tu iPhone para saber que the winter is coming y hasta bigfoot se pondría rebequita. Abrígate a muerte con más capas que una cebolla para evitar acabar como la marichocho de Frozen, sin pulso y llena de canas.
Y si no tienes tiempo para ninguno de los puntos anteriores, lleva en el bolso una joya que no debe faltar NUNCA en invierno y que ayuda a calentarte en tres milisegundos:
¡Besis congelados!
Diario de una MAMIfera 