Querido diario:
Hace algunos días que sospecho que RuyRodrigo me engaña.
Se levanta muy temprano saliendo de puntillas de nuestra habitación, y no vuelve hasta que el sol se pone y dan el segundo capítulo de 5 hermanos en Divinity.
Sin ir más lejos ayer llegó cuando Ally Macbeal se soltaba las cicatrices del lifting intentando sonreír.
Siendo una mujer fuerte, criada con tres hermanas y una madre de armas tomar, he decidido encarar la situación como una persona madura: INTERROGÁNDOLE.
Después de largas horas de tortura psicológica el rioplatense me ha dicho que se trata de algo inocente: Que pasa el día preparando un cortometraje por el amor al arte y sin ningún tipo de remuneración. Pero no me engaña, tiene ese brillo en la mirada, esa media sonrisa, ese optimismo… los clásicos síntomas que tiene uno cuando está…
(música de suspense y redoble de tambores)
DADO DE ALTA EN LA SEGURIDAD SOCIAL.
No lo juzgo, llevo ya 90 días en el paro y últimamente me he dejado un poquito. Y es que una no se da cuenta hasta que es demasiado tarde que
Sí,sí. Desde el mismo día que te inscribes en las filas del INEM te aparece una pequeña protuberancia debajo del ombligo.
No le haces caso, la Carmen Machi que llevas dentro te dice debes empezar a tomar activia y sigues con tu vida.
Comes, sintonizas la emtiví y no es hasta media tarde que notas el primer síntoma: Ese maldito pellejo empieza a tener vida propia y te pide chocolate.
Al principio te resistes, pero luego envía ordenes directamente al cerebro y sin saber cómo te encuentras feistúfeis con la nevera.
Intentado engañarla coges una triste zanahoria, pero al cabo de cinco minutos te sorprendes bajando al súper a por una caja de filipinos y unos emanems de color amarillo.
“Sólo será por hoy”, dices mintiéndote descaradamente.
En una semana ya forma parte de tu complemento nutricional diario sin ofrecer resistencia.
Luego llega el día en que te depilas para ir a la pisci, ignorando que la verdad te será revelada delante del espejo:
Pero no nos desviemos de lo importante…
El rioplatense lo niega, pero yo creo que por algún sitio tiene una oferta de trabajo.
En un intento para no perderlo, saco a mi príncipe azul a hacer todo aquello que hacíamoen esos momentos felices que el INEM nos ha dado:
Le damos de comer a las palomas, picamos a los interfonos del vecindario, practicamos el baile de dirty dancing en el comedor…
Pero todo es en vano. Me huelo que el argentino pronto tendrá un horario laboral, y tendré que seguir contando mis aventuras SOLA.
Atentamente: