Para: mrajoy@pp.es
Asunto: Al presidente de nuestro país.
Querido Mariano:
Disculpe usté si no utilizo el protocolo necesario para tan excelentísima autoridad, pero debido a algunos recortes en la educación no soy conocedora de tales usos.
Le escribo esta carta para agradecerle su labor como patrón del estado, y por consiguiente, por sus sabias reformas de austeridad que tanto resultado nos están dando.
Ya es de conocimiento popular que la gente se queja por vicio y por deporte nacional:
Que si los jubilados no paran de quejarse por la subida de impuestos y por costearse las medicinas… es que claro, como el sector de la construcción anda algo parado y no tienen obras con las qué distraerse y ahí están los vejestorios jorobando.
Un gobierno que también mira por la población más débil, como los especuladores y los traficantes, y que se preocupa adoptando leyes y haciendo una aministia fiscal para que puedan reinsertarse en la sociedad blanqueando el dinero con Kalia Oxiactions y sin impuestos, no se merece un trato así. Pero eso nadie lo tiene en cuenta. ¡Qué fácil es criticar!
Que la gente es más mala que la tiña, todo el mundo quejándose por la reforma laboral y cuando alguien cobra un finiquito decente y justo como el de Aurelio Izquierdo en Bankia, ala, a tirársele encima. Pues tiene usté que saber que no solo he pagado mi borrador de la renta con una sonrisa, sino que en los billetes de 100 he escrito: “Don Aurelio, disfrute de sus merecidísimas vacaciones”.
Ahora que las solteras saben lo que cobra Aurelio, ya tenemos competidor de Justin Bieber a lo español. ¡Todo son ventajas!
Y es que nadie entiende el valor que es tener una autoridad que dé la cara por las cosas que van sucediendo, y no pasarse el día llorando por los rincones que si el empleo, que si un corralito, que si… ¿acaso han servido un café en Londres?
Nadie sabe lo que es la lucha diaria para que la prima de riesgo no llegue al 666, cosa que generaría el nacimiento del anticristo en las torres Kio, sembrando en España una ola de vandalismo y delincuencia.
Que los 23.000 millones que recortaron de sanidad y educación para dárselos a Bankia no eran gratuitos, tenían un objetivo: el de regalar toallas de SPIDERMAN a los que abren una nueva cuenta. Que se pasan el día rajando, pero cuando están en la playa espatarrados en la arena cuál parásitos del sistema, apoyados en la toalla que gentilmente le ha regalado el banco a cambio de una cuenta y un insignificante depósito (que utilizarán para especular con las armas de los marginados antes mencionados), nadie abre la boca. ¡Mire usté por donde!
Alguien le tenía que dar las gracias por su tarea como presidente de España, que de lo orgullosa que estoy me he hecho de la roja. Con dos cojones.
Y quiero acabar la misiva diciéndole, como piropo no como reproche, que no entiendo porque no nos informó de todos los cambios que quería usted hacer antes de las elecciones. Seguro que habría obtenido una mayoría más que absoluta, infinita.
Reciba un cordial saludo: