La jamelga

Apreciado diario,

Llevaba tiempo sin ver una de esas películas vintage que te teletransportan a la infancia, así que ayer decidí ponerme un clásico que toda marichocho como yo debe tener en su casa:

Que traducido literalmente del anglosajón al castellano vendría a ser: «LA JAMELGA»

La película empieza con una inconsciente montándole un pollo telefónico a Richard Gere que acaba en ruptura. Que dices, ¿Hola? ¡Es Richard Gere! Tiene bonus para vaciarse los bolsillos en la mesa del comedor, salpicar el retrete o ponerse zapatos negros con calcetines blancos.

Pero no, a ella le hace puta gracia y le dice que se vaya a tomar por el hojaldre.

Él está en una party de clase alta y como se cabrea que no veas, coge el coche de su abogado que es un cruce entre un enano y la mala leche de Esperanza Aguirre, y se va a dónde le lleve el destino.

Totally, que el destino hace que casualmente derrape el ferrari en el barrio donde se haya el putiferio de Berberly Hills y se para en la acera a preguntarle a una prostituta la dirección de su hotel, porque es muy de la elegancia e indirectas sutiles que caracterizan a la zona alta. Y la prosti resulta ser Julia Roberts con peluca rubio platino, que está pasando una mala racha porque su compañera de piso se ha gastado la mensualidad del alquiler en drogas y ella ahora va a tener que alquilarse el berberecho.

Y se sube, porque pilla la indirecta.

Y dando conversación de ascensor en el coche, él le pregunta la tarifa por curiosidad. Porque no es muy de putas. Y ella que es prosti, pero muy poco, le dice que por 100 dólares le toca el cacahuete. Y él le dice que cuánto la noche entera, para un estudio de mercado. Y ella le contesta que 300 pinreles sin marcar y en efectivo porque se ha dejado el datáfono en casa.

Y él le guiña un ojo, y ella le sonríe con la boca de buzón.

Y suben a la habita, y ella le hace un estríptis quedándose con unas bragas sobaqueras que le dejan hablar en sordomudo.

Y a él le gustan. Y  se ponen a lo suyo.

Totallity again, que se empiezan a inloviar porque a él le gusta la poesía urbana de ella que le dice cosas como: «¿Quieres saber a qué huele mi ginecólogo»? Porque es especial y no como las jamelgas tiesas que hay en Baqueira Beret que son unas cursis, y por ello le pide que se quede una semana más que le paga tres mil cucas en efectivo y los gastos de manutención y de ropaje.

UN SUEÑO.

Y él pasa por una catarsis porque sin querer empieza a ser mejor persona, que es lo que acostumbra a pasar cuando un rico se junta con la clase marginal, pero no acaba de aceptarlo y se pasa las noches en el bar del hotel tocando el piano a dos manos. Y ella baja con el albornoz y los rulos a buscarlo, y lo convence sutilmente para que vuelva a la suite

En fin, que con un seis y un cuatro, Richard Gere decide convertirse en mejor persona y dejar de joder al personal y ayuda a un viejete que tiene una empresa en horas bojas a reflotarla. Y el abogado se cabrea porque es el antagonista.

Y va al hotel y intenta hacer un peting con Julia Roberts, hasta que llega Richard y le mete un meco.

Y como Richard ya ha acabado sus negocios se tiene que ir de la ciudad pero le pide poder verla cuando vuelva. Y ella le dice que con la de dinero que le ha sacado se quita de puta y se va a vivir la vida a Marbella, porque ella es más de príncipes azules y finales felices con pedrolos.

Y él le dice que «SEE YOU IN ANOTHER LIFE BROTHER» porque no es muy de comprometerse.

Pero el director del hotel, que parece el portero, le dice a Richard que no la deje escapar y que vaya a su casa porque Julia Roberts está muy buena.

Y Richard se lo piensa en la limusina y va al Bronx a buscarla con flores.

Y el amor triunfa por encima de la prostitución y el business.

Una peli dirigida a hacerte creer que el cuento de la cenicienta en versión marginal funciona y que los hombres cambian y se convierten en príncipes azules.

Besis.